Siempre hay un mundo secreto, y ese mundo siempre es enorme, tiene un lenguaje parecido al del mar donde están los verdaderos abismos, esas fosas marinas, aguas putrefactas estancadas en la profundidad, donde cualquiera se ahoga o donde en las que se aprende a nadar.
 Hay quienes encuentran regocijo en aquellas profundidades, y quieren permaneces en ellas, porque se han aburrido, de todo el cinismo hipocresía de los seres que habitan en la superficie, de la mentira de sus vidas, creen que viven cuando solo respiran, seres que hasta sus movimientos con tan predecibles y mecánicos, seres que predican sobre la sinceridad, o de respeto, cuando en realidad son intolerantes al encontrarse con con el espejo de sus defectos y desconocen sus banalidades, tratando de ser seres celestiales, se creen inteligentes cuando lo único que han hecho es seguir la enseñanza que unidireccionalmente   le han inculcado desde que nacieron, y así seguir con el circulo, de tratar de excluir a todo quien que a duda de esa ´linea, a todo quien que ha dudado de los que sus ojos ve, o de lo que es bueno o malo.
Pero quienes quieren ser dejado en paz, en las profundidades de éstas aguas, caen en el mismo error de la mediocridad de habitantes que viven en la superficie NO SABER VIVIR DE VERDAD.
 Cuántas olas, cuántos segundos, cuántas respiraciones, cuánto dolor retenido, cuánto silencio tras las palabras,cuantas risas incontroladas, cuantos momentos, cuantas personas...No todos nos podemos medir con la misma huincha.
 Por mi parte, me gusta nadar, deslizarme de un lugar a otro, aprendí a nadar, la superficie ya no me parece tan repugnante, pues es simplemente humanidad, y siempre habrá algo rescatable por muy simple o pequeño que sea. Me gusta vivir y disfrutar, (cosa que para una "misántropa" era inconcebible) creo que afuera aparte de los seres mecanicos, hay una inmensidad, que me está llamando, quiero saber, quiero impulsos, quiero conocer, quiero hacer, quiero dar pedacitos de mi, aunque haya gente de mierda que no se lo merezca, pero al menos quedarme tranquila que hice algo que me nacía, y por consiguiente si llego a tener alguna clase de arrepentimiento,será por lo que me abstuve hacer o no decir. me gusta nadar, y no quedarme estática,no permanecer por mucho en un mismo entorno, porque siento que caigo, me gusta sentir, escuchar  el agua, porque al igual que ella, tengo la necesidad de fluir fluir y fluir, no tengo tiempo para retener  malos ratos o resentimientos, o aferrarme a las personas, necesito correr, abrir caminos, decir lo que tengo que decir, por muy profana que me traten, disfrutar de mis banalidades, no tratar de ser un ser sacro o simetrico, tengo la necesidad de ser tal como soy, sin tapujos ni vergüenzas...y así seguir , fluir, y si es posible chorrear


                                    ¡¡ La Vida es AQUI AHORA!!

Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... Esa persona con la que consigues compenetracion maxima para estar el resto de tu vida junto a ella... Y dicen que hay un segundo amor, una persona que perdereis siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la quimica escapan a la razon y os impediran, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto dia dejareis de intentarlo... Os rendereis y buscareis a esa otra persona que acabareis encontrando. Pero os aseguro que no pasareis una sola noche, sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez mas... Todos sabeis de que estoy hablando, porque mientras estabais leyendo esto, os ha venido su nombre a la cabeza. Os librareis de el o de ella, dejareis de sufrir, conseguireis encontrar la paz (le sustituireis por la calma), pero os aseguro que no pasara un dia en que deseeis que estuviera aqui para perturbaros. Porque, a veces, se desprende mas energia discutiendo con alguien que amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias. Paulo Coelh

"¿Con qué derecho os ponéis a rezar por mí? No tengo necesidad de intercesores, me las arreglaré solo. De un miserable, tal vez lo aceptaría: de nadie más, aunque se tratara de un santo. No tolero que se preocupen por mi salvación. Si le temo y le huyo, qué indiscretas resultan entonces vuestras plegarias. Dirigidlas a otra parte, de todas formas no estamos al servicio de los mismos Dioses. Si los míos los creéis impotentes, no hay razón para creer que los vuestros lo sean menos. Y aún suponiendo que sean tal y como los imagináis, todavía les faltaría el poder de curarme de un horror más viejo que mi memoria" E. Cioran.